Chile y Brasil viven en la actualidad procesos diametralmente opuestos, mientras en Chile la revuelta de octubre de 2019 puso en jaque a la institucionalidad y abrió un proceso constitucional que comienza a enterrar la herencia pinochetista, Brasil experimenta el fortalecimiento del conservadurismo tras el golpe de 2016 y la elección de Bolsonaro. Considerando lo anterior, este trabajo tiene por objetivo analizar de forma comparada la relación existente de estos procesos con algunos movimientos sociales recientes, específicamente la experiencia de los movimientos estudiantiles secundarios; las tomas de los liceos de 2011 en Santiago y las ocupações das escolas de 2015 en Sao Paulo, mediante una Investigación Acción Participativa que buscó valorar los saberes construidos a través de entrevistas y utilizarlo en la transformación de la realidad. Algunos de los aprendizajes del trabajo fueron la importancia de la trayectoria política de los movimientos sociales, el fortalecimiento de la memoria colectiva y, consecuentemente, la construcción de una cultura política estudiantil – que pueden ser entendidas como interpretaciones provocativas – y, por otra parte, también nos dejó diversas preguntas abiertas.